Los trastornos menstruales pueden presentarse en cualquier etapa de la vida de la mujer aunque son más frecuentes antes de los 20 años (por ejemplo, las típicas reglas irregulares de las adolescentes) y después de los 40 años. Estos trastornos representan entre el 10-20 % de las consultas ginecológicas y su intensidad es muy variable de unas mujeres a otras.
A partir de los 35-40 años los ovarios, órganos responsables de la producción de hormonas y óvulos en la mujer, empiezan a fallar en su secreción cíclica mensual. Esto genera un desequilibrio en las hormonas sexuales (estrógenos y progesterona), y alteraciones de la función ovulatoria.
Hay mujeres que empiezan con alteraciones de sus reglas y de sus ovulaciones desde los 40 años; otras, en cambio, pueden tener sus reglas regulares y ovular correctamente hasta los 50 años de edad.
Esta etapa de la vida de la mujer se denomina climaterio y refleja la transición paulatina del periodo fértil al no reproductor como resultado del fallo progresivo de la función ovárica.
En algunos casos pueden aparecer irregularidades en la duración de los ciclos menstruales a partir de los 45 años: se alternan ciclos alargados (mayores de 35 días) con otros más cortos (15-20 días), reglas más abundantes y/o de mayor duración (7-15 días), sangrados o manchados entre dos menstruaciones. La ausencia de regla durante dos o tres meses (amenorrea) puede presentarse y generar preocupación y angustia ante la posibilidad de un embarazo, aunque es frecuente que la mujer ya no ovule.
Aunque tradicionalmente se ha considerado que esos trastornos son naturales, y es así, ello no significa que sean cómodos ni agradables y, sobre todo, que se deban aceptar pasivamente como algo que no tiene remedio. No son problemas triviales. Estos trastornos menstruales pueden ser debidos a la presencia de miomas, endometriosis... y, en ocasiones, reflejan la existencia de estados precancerosos (hiperplasia endometrial). Además, suelen ir acompañados de diversos síntomas molestos: dolores de cabeza, hinchazón abdominal, tensión mamaria, insomnio, irritabilidad...
Estas alteraciones como es lógico, pueden perturbar la calidad de vida de las mujeres y causar síntomas y malestar físico y psíquico con importantes repercusiones en el entorno familiar, social y económico. En otras mujeres no aparecen estas alteraciones y sus reglas son normales hasta que desaparecen de forma definitiva.
Estos trastornos de la menstruación que sufren o han sufrido muchas mujeres durante años no son inventados ni imaginados por ellas. Son reales y no es de extrañar, como decía al principio, que la menstruación sea vivida por ellas de una forma dramática.
El examen ginecológico junto a la ecografía le ayudarán al médico a averiguar si tus alteraciones menstruales son debidas a causas orgánicas como miomas, endometriosis, quistes de ovario..., o responden a desajustes hormonales.
Si tus reglas son abundantes o muy seguidas, lo más probable es que estés anémica ya que se pierde hierro con las menstruaciones. En esta situación el médico te realizará un análisis de sangre para saber como están tus reservas de hierro y te aconsejará que tomes preparados de hierro que te ayudarán a combatir el cansancio que tienes.
Para regular tus reglas puedes utilizar varios fármacos, siendo los anticonceptivos orales y la progesterona los más utilizados.
En casos de sangrados abundantes que no responden al tratamiento, podrá ser necesario la realización de una histeroscopia diagnóstica o terapéutica. Esta prueba es sencilla y en la mayoría de las ocasiones se realiza ambulatoriamente y sin anestesia.
lunes, 27 de octubre de 2008
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